
Tras
varias peripecias a lo largo de otros capítulos se descubre a un nuevo
personaje: Dorotea. Era una doncella extremadamente bella, la cual fue burlada
por Don Fernando. Este, abusando de su rango y poder, la engatusa con promesas
de casamiento, quitándole su virtud. Una vez que esto sucede, desaparece y se
sabe que está pronto a casarse con Luscinda. Dorotea se va de su casa, apenada
y avergonzada, en busca de este mal hombre, para restituir su honor.
Por
casualidad, Dorotea se encuentra con Cardenio, el Cura y el barbero en la
sierra, donde expone sus penas sin saber que el joven es un implicado directo
en su historia de desamor. Así, expone el asunto de la carta en el pecho de
Luscinda, con lo que Cardenio recupera su fe en el amor de Luscinda.
Luego,
los cuatro personajes se encuentran en la venta, por obra del destino. Luego de
varios razonamientos por parte de Dorotea, apelando al honor de Don Fernando,
este decide cumplir su palabra para con ella, dejando en libertad a Luscinda y
aceptando a Dorotea como su esposa. Luscinda nunca aceptó a Don Fernando como
su marido, pues siempre estuvo enamorada de Cardenio.
Así, la
historia termina felizmente para todos los personajes, lo que significa el gozo
y regocijo de quienes se encontraban en la venta.
(Cabe
recordar que Dorotea se hace pasar por la Princesa Micomicona, como un
artificio para engañar a Don Quijote y llevarlo a casa).
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